En la Biblia leemos ciertas cosas extrañas o ... difíciles y que a veces la mente del hombre no puede discernir, por lo que, la única explicación es la que encontramos en las palabras de YHWH, [Isaías 55:8], que dicen: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos”.
Por ejemplo, en Génesis 28:20-22, encontramos un texto donde el Patriarca Jacob pone un <SI condicional> para “aceptar a YHWH como su Dios, leámoslo: E hizo Jacob voto, diciendo: “Si fuere YHWH conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, YHWH será mi Dios”.
Sabemos que Jacob había sido predestinado desde antes de la fundación del mundo para una “misión específica” y como una continuación de las promesas que YHWH había hecho a su abuelo Abraham, las cuales también a él le fueron confirmadas siendo el padre de las “doce tribus” que formaron el pueblo escogido de YHWH.
Después de la supuesta conversión al cristianismo del emperador romano Constantino el Grande, muchos paganos trajeron como “condición” para convertirse al cristianismo {¿?], sus tradiciones y celebraciones paganas, sus ídolos, sus costumbres y toda la contaminación que desde entonces ha leudado al cristianismo puro; y los líderes religiosos, al principio creyeron que poco a poco, por medio de la predicación de “la palabra” la gente iba a abandonar todas estas aberraciones, pero fue todo lo contrario.
Convertirse al cristianismo era algo que se había puesto de moda, la gente se bautizaba, no por convicción, sino para presumir, para halagar al emperador y a los nuevos líderes de la organización naciente que había surgido del Concilio de Nicea 325 EC. El Señor YHWH dice en Jeremías 15:19-20: “<Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos>. Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte”.
Ese “si condicional” se ha puesto muy de moda en nuestros días. El “cristianismo” [¿?], se ha convertido simplemente en <un estilo de vida>, en el cual el creyente en vez de hacer la voluntad del Eterno, quiere que el Eterno haga la voluntad de él. A cualquiera le es fácil decir que es “cristiano” pero no es cualquiera el que lo sabe demostrar, pues, sus testimonios dejan mucho que desear. Este tipo de creyentes son los que “condicionan” al Padre Eterno, aceptándolo como <Dios> si les concede sus caprichos.
La Palabra de Jesús es bien clara en Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de ELOHIM y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Desdichadamente para muchas personas por andar buscando las añadiduras, tampoco pueden encontrar el reino de Dios.
Contrario a las palabras de Jacob, que leímos al comienzo, están las palabras del profeta Habacuc, donde nos dice que la entrega total a nuestro Gran Dios, Señor y Salvador Jesucristo, es SIN CONDICIONES. Habacuc 3:17-18:
Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;
Con todo, yo me alegraré en YHWH,
Y me gozaré en el Dios de mi salvación.
¡La Paz de Cristo!
Por ejemplo, en Génesis 28:20-22, encontramos un texto donde el Patriarca Jacob pone un <SI condicional> para “aceptar a YHWH como su Dios, leámoslo: E hizo Jacob voto, diciendo: “Si fuere YHWH conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, YHWH será mi Dios”.
Sabemos que Jacob había sido predestinado desde antes de la fundación del mundo para una “misión específica” y como una continuación de las promesas que YHWH había hecho a su abuelo Abraham, las cuales también a él le fueron confirmadas siendo el padre de las “doce tribus” que formaron el pueblo escogido de YHWH.
Después de la supuesta conversión al cristianismo del emperador romano Constantino el Grande, muchos paganos trajeron como “condición” para convertirse al cristianismo {¿?], sus tradiciones y celebraciones paganas, sus ídolos, sus costumbres y toda la contaminación que desde entonces ha leudado al cristianismo puro; y los líderes religiosos, al principio creyeron que poco a poco, por medio de la predicación de “la palabra” la gente iba a abandonar todas estas aberraciones, pero fue todo lo contrario.
Convertirse al cristianismo era algo que se había puesto de moda, la gente se bautizaba, no por convicción, sino para presumir, para halagar al emperador y a los nuevos líderes de la organización naciente que había surgido del Concilio de Nicea 325 EC. El Señor YHWH dice en Jeremías 15:19-20: “<Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos>. Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte”.
Ese “si condicional” se ha puesto muy de moda en nuestros días. El “cristianismo” [¿?], se ha convertido simplemente en <un estilo de vida>, en el cual el creyente en vez de hacer la voluntad del Eterno, quiere que el Eterno haga la voluntad de él. A cualquiera le es fácil decir que es “cristiano” pero no es cualquiera el que lo sabe demostrar, pues, sus testimonios dejan mucho que desear. Este tipo de creyentes son los que “condicionan” al Padre Eterno, aceptándolo como <Dios> si les concede sus caprichos.
La Palabra de Jesús es bien clara en Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de ELOHIM y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Desdichadamente para muchas personas por andar buscando las añadiduras, tampoco pueden encontrar el reino de Dios.
Contrario a las palabras de Jacob, que leímos al comienzo, están las palabras del profeta Habacuc, donde nos dice que la entrega total a nuestro Gran Dios, Señor y Salvador Jesucristo, es SIN CONDICIONES. Habacuc 3:17-18:
Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la majada,
Y no haya vacas en los corrales;
Con todo, yo me alegraré en YHWH,
Y me gozaré en el Dios de mi salvación.
¡La Paz de Cristo!
By Juan F. Roa
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