Si buscáramos en el A. TESTAMENTO, no podríamos encontrar ningún indicio de la existencia de esa triada de dioses, pues no está contemplada, ni siquiera sugerida. Cualquier especulación va en contra de lo que dice la Biblia. Cuando le mencioné a un Rabí judío la palabra Trinidad, inmediatamente estalló en una risa de burla y de una forma grosera me preguntó que de donde había sacado semejante estupidez. Luego me dijo que la doctrina y creencia de ellos y de los Patriarcas siempre ha sido monoteísta, o sea que siempre han creído y adorado a Un Solo Dios.
Aunque la mayoría en el judaísmo no acepta a Cristo como el Verdadero Mesías esperado y niegan su divinidad, en sus Escrituras hebreas, no hacen ninguna mención o sugerencia de la existencia de un Dios cohabitando con tres personas, todas distintas entre sí.
El Libro de Religiones y Creencias, resumidamente dice: “El Viejo Testamento no nos dice nada, explícitamente, acerca de la existencia de una Trinidad, lo único que podemos hacer es imaginarnos por medio de deducciones y especulaciones, pues ni siquiera se menciona en él, literalmente, la existencia de esas tres personas: Un Padre, un Hijo y un Espíritu Santo. Ni remotamente podemos encontrar una prueba de que alguno de los escritores bíblicos del Viejo Testamento haya dejado un rasgo que pueda sugerir la existencia de una deidad habitando en tres personas completamente distintas, o sea, una Trinidad”.
La Enciclopedia de las Religiones dice: “Hay un consenso entre los teólogos, que han acordado que la Biblia hebrea no contiene ninguna doctrina trinitaria”.
La Nueva Enciclopedia Católica dice: “La doctrina de la Santísima Trinidad no se enseña en el Antiguo Testamento”.
Por lo tanto, las Escrituras en el Antiguo Testamento no registran la existencia de una deidad compuesta de tres personas distintas, actuando como si fueran un solo Dios, porque de lo contrario, los judíos la hubieran reconocido, enseñado y predicado por todas partes.
¿ESTA EN EL NUEVO PACTO?
El Diccionario Bíblico de Harper, págs. 1098-1099) dice: “La palabra [Trinidad] no se encuentra en la Biblia. La doctrina formal de la Trinidad, como fue definida por los grandes concilios de iglesias de los siglos cuarto y quinto, no se encuentra en el Nuevo Testamento.
La Enciclopedia de las Religiones dice que: “La mayoría de los teólogos concuerdan en que el Nuevo Testamento tampoco contiene una doctrina trinitaria explícita”.
El jesuita Fortman dice: “En ninguna parte del Nuevo Testamento hay una doctrina trinitaria formulada, ninguno de los escritores nos muestra esa doctrina, o sea, la existencia de un solo Dios dentro de tres divinas personas”.
David C. Pack en sus escritos sobre una explicación de La Trinidad dice: “La falsedad de ese argumento trinitario queda al descubierto por el hecho de que los judíos habían rechazado a Cristo acusándole de blasfemia cuando él proclamó ser el Hijo de Dios. [La Segunda persona en el orden trinitario]. Además, la advertencia de Cristo a los fariseos en relación a la blasfemia contra el Espíritu Santo, (Mateo 12:31), sugiere, de una forma inequívoca, que el Espíritu Santo es el Único Dios, el Padre Eterno, el origen de todas las cosas.
Si la Trinidad es real, entonces, ¿Cómo se interpretaría dicha blasfemia?, pues, según el Señor Jesús, condena al que la diga contra el Espíritu Santo, pero no hay ninguna condenación para el que blasfeme contra el Padre [aunque no lo mencione] o contra el Hijo. Si el concepto de la Doctrina de la Trinidad dice que los tres son omnipotentes, co-iguales y dioses, entonces, las mismas palabras del Señor como Hijo de Dios y como la segunda persona de esa doctrina lo dejarían fuera de ese concepto y también al Padre, la primera persona.
Analiza bien este texto: A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero. Mateo 12:32.
Estas palabras que indiscutiblemente contradicen a la Doctrina de la Trinidad, nos hacen ver que las tres personas distintas no son co-iguales, pues ponen al Espíritu Santo en un lugar más elevado y con una autoridad superior, sobre las otras dos personas.
Por otra parte, Hechos 19:2, muestra plenamente que algunos ni aún habían oído hablar del Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad. Si los judíos hubiesen reconocido (en forma o en principio) la existencia del Hijo de Dios, como la Segunda persona y al Espíritu Santo como un tercer miembro de una Divinidad trina, ¿Cómo es que ellos ni siquiera habían oído hablar de él?”.
“La aparición de Jesucristo en la escena mundial, como alguien proclamando ser el Hijo de Dios, presentó un problema mayor para el establecimiento religioso judío, ellos reconocían la existencia de uno solo como Dios. Su creencia estaba basada, sobre todo, en el Pentateuco, (los primeros cinco libros de la Biblia), principalmente en Deut. 6:4, que dice: OYE ISRAEL, EL SEÑOR NUESTRO DIOS, “UNO ES”.
De acuerdo a la ley de Moisés, ellos no podían aceptar bajo ninguna circunstancia, declaraciones como las que decía Cristo, “Mi Padre y Yo, somos Uno” Juan 10:30. Para los judíos esto fue una blasfemia por la cual intentaron apedrearlo”. (vs. 31-33).
El pensamiento judío, rechazaba lo dicho por Cristo, porque si lo aceptaban como verdad, estarían reconociendo la existencia de dos dioses y esto los convertía automáticamente en politeístas sin ninguna distinción entre ellos y los paganos. El hecho de aceptar a Cristo como verdaderamente el Hijo de Dios, haría que las estructuras de su religión monoteísta se derrumbaran.
En los dos únicos lugares donde se insinúa la existencia de La Trinidad en el Nuevo Pacto, están en Mateo 28:19 y en 1 Juan 5:7. Estos textos los analizaremos en estudios especiales más adelante, porque merecen especial atención.
¡La Paz de Cristo!
Tomado del Libro:
LA TRINIDAD: ¿Mitología o realidad?
Autor: Juan F. Roa
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