Pastores enfermos debido a los conflictos que ellos mismos han provocado o por miembros de la congregación que no se sujetan a la Palabra de Dios y quieren vivir como cristianos pero haciendo lo que se les pega su gana. Pastores llenos de rencor, en juicios, líderes abusadores de menores, hermanos y familias llenas de odio, peleas en las reuniones administrativas, creyentes que se apartan ante estos malos testimonios, cultos fríos y muertos, inconversos que tienen mejor testimonio que los que se jactan de ser creyentes, ausencia del poder sobrenatural de Dios.
Las congregaciones en lugar de crecer menguan, la ambición por el liderazgo es desmedida, familias llenas de dinero que se creen las dueñas de las iglesias, pastores títeres pasivos, deprimidos o corruptos que toleran todas las aberraciones por el amor al dinero, otros se han vuelto déspotas, tiranos, sin visión, divisionistas, sin unción.
Iglesias que se odian con otras del mismo barrio, hermanos llenos de chismes, de envidia, creyentes que solamente son apariencia, que se creen sabelotodo, falsos miembros. Púlpitos que se utilizan para desacreditar a sus propios feligreses y a las demás iglesias y pastores, líderes en adulterio y que roban en sus propias congregaciones.-
Podría seguir enumerando una lista interminable de las obras de la carne que están afectando de manera terrible a la Iglesia de los últimos días, y seguramente tú, que estás leyendo estas líneas, tendrías muchas cosas que agregar también. ¿No es así? Mi pregunta es: ¿Es esta la Iglesia que Jesús ha formado? ¿Es esta la Iglesia que Jesucristo ha de arrebatar?
Mientras haya vida, hay esperanza y la Iglesia desesperadamente, urgentemente necesita ser sanada. Recuerda que Jesucristo dice que muchos son los llamados y pocos los escogidos y cuando se refiere a la Iglesia, la llama “MANADA PEQUEÑA”: “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. Lucas 12:32.-
La “sanidad” debe de empezar en cada uno de los miembros de la Iglesia de Cristo, necesita buscar el poder sanador del Espíritu Santo, volver a la senda antigua, no seguir a falsos líderes, falsos profetas y apóstoles mentirosos, que solo buscan tu dinero, sino seguir a Cristo, porque él es el único camino hacia la Vida Eterna. Esta es la única manera de que fluya nuevamente su poder SOBRENATURAL, para que los milagros sean palpables en cada reunión, para que haya ese gozo que perdura horas y horas, que los creyentes no quieran irse, donde haya bautizos todas las semanas, donde el amor esté por encima de todos los intereses, para que la Iglesia esté unida y no dividida, una Iglesia que testifique por sí misma, en fin UNA IGLESIA SIN MANCHAS Y SIN ARRUGAS.
¿Es esto imposible para Dios? Para Dios No, pero tal parece que para el hombre sí, porque antes de la obediencia a la Palabra de Dios, están los intereses personales de cada organización y sus líderes. Tipos que no admiten consejo ni corrección, pero Tú, que eres un miembro, un número agregado a tu congregación, PUEDES HACER EL CAMBIO. Así como en una sociedad los principios éticos y morales comienzan en el hogar de cada familia, de la misma manera la sanidad de la Iglesia ha de comenzar por cada uno de sus miembros.
Sé que esto no le agradará a algunas personas, y algunos me trataran de “santulón”, pero muchos que leen y abren bien sus ojos y sus oídos y son capaces de cambiar la manera tradicional en que han vivido su NUEVO ESTILO DE VIDA dentro del cristianismo, cuando estemos allá, juntos en gloria me lo agradecerán.
¡LA PAZ DE CRISTO!
By Juan F. Roa
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