15 ago 2011

LA SOLUCION ANTE LA VIOLENCIA QUE NOS AZOTA:

2 Crónicas 7:14
 La violencia es algo que aqueja a nuestra sociedad y a nuestros países. Este flagelo que azota inmisericordemente a los pobladores de muchos lugares en el mundo, cada día es más notorio en nuestros países latinoamericanos.

Guerrillas, enfrentamientos políticos, robos, secuestros, asesinatos, abusos y crímenes contra mujeres y niños, son las noticias de nuestro diario vivir, a tal grado, que a estas alturas es casi imposible detenerlos o impedir que se proliferen aun mas.-

Ningún ciudadano de nuestros países puede caminar seguro y tranquilo sin el temor de que en cualquier momento pueda convertirse en una víctima más del crimen organizado, pandillas y delincuentes comunes.

¿Y qué hacen los gobiernos y autoridades de cada nación para frenar todo esto? -Lo único que hacen es incrementar la violencia, hasta tal punto que algunos países ya han estado al borde de una guerra civil; porque ese es el método humano empleado a través de los siglos, "emplear la violencia" para generar más violencia.

Pablo dice que “no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Efesios 6:12.

Así que, sabemos que todo lo que nos afecta, acerca de lo que he venido diciendo es lucha de “carne y sangre” contra “carne y sangre”, pero controlada por principados y potestades de las tinieblas, huestes espirituales de maldad de las regiones celestiales; y en este “campo espiritual” ¿qué hace LA IGLESIA en su lucha para mejorar esta situación? ABSOLUTAMENTE NADA.-

Lo que yo he logrado ver, es que la mayoría pide que oremos por esto o por lo otro, para que cese la violencia en tal lugar, o se hacen largas oraciones por esto y aquello, todos oran, pero nada sucede. ¿Por qué? En realidad, la Iglesia NADA PUEDE HACER si no se somete primero a lo que dice 2 Crónicas 7:14: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y SANARE SU TIERRA”.

El texto comienza con la frase: “Si se HUMILLARE…. Una de las partes más difícil que se le puede demandar a un ser humano. HUMILLARSE significa: Quitarnos la soberbia, bajarnos de la nube en que andamos, no creernos autosuficientes, aceptar de que somos incapaces de resolver las cosas por nuestra propia cuenta, despojarnos del orgullo desmedido, oír el sabio y buen consejo, no humillar ni creernos que somos superiores a los demás, no sobre estimarnos ni creer que no necesitamos a Dios para resolver nuestros asuntos, quitarnos la vanagloria, despojarnos de la vanidad, no ser sabios en nuestra propia opinión, etc.-

El Apóstol Pedro nos aconseja diciéndonos:  ”revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. 1 Pedro 5:5-7.-

Las palabras del texto bíblico de 2 Crónicas 7:14, no están dirigidas al presidente de cada país, ni a los gobernadores, ni a los alcaldes, ni a los jefes de la policía, ni a la suprema corte de justicia, ni a los senadores, ni a los diputados, ni a los pobladores de la ciudad, ni al Consejo de las Naciones Unidas, ni al mundo secular. Las palabras del Señor dicen en forma literal: “Si se humillare MI PUEBLO….

Si aplicamos espiritualmente el texto a nuestros tiempos, a nuestros días, fácilmente podemos entender que el Señor YESHUA se está dirigiendo al pueblo que Él ha comprado con su propia Sangre; o sea, a NOSOTROS que somos la Iglesia, el pueblo escogido por Dios en el Nuevo Pacto.

La señal para sostener y creer que el texto es aplicable a la Iglesia, está en las palabras del Señor que dicen: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual MI NOMBRE ES INVOCADO….. ¿Cuál Nombre es el que tiene que ser invocado? La Biblia dice que fuera del Nombre de Yeshua, no hay otro Nombre dado a los hombres, en el cual podamos ser salvo. También dice que ...”todo aquel que invocare el Nombre de Yeshua, SERA SALVO”; y Pedro dice que en el bautismo, cuando invocamos el Nombre de Yeshua, obtenemos el perdón de nuestros pecados. Hechos 2:38.- Y Pablo dice que todas las cosas que hagamos, sea de palabra o de hecho, lo hagamos TODO en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Colosenses 2:17.-

No es en el Nombre de Dios, ni en el nombre de Jehová; es en el Nombre que se nos ha sido dado, Nombre sobre todo nombre, el Nombre de Yeshua. El nombre que tiene que ser invocado en la iglesia, en los hogares, en las convenciones evangélicas, en donde dos o tres reunidos en su nombre estén.

El texto continúa con las palabras “y oraren, y buscaren mi rostro”. Lógicamente, LA ORACION, es para buscar el rostro del Señor, para confesar nuestra culpabilidad, para exaltar su Nombre, para poner nuestras peticiones delante de el y puedan ser oídas, para clamar, para estar en comunicación con nuestro Dios.-

Continuamos con el texto que dice: ….y <se convirtieren de sus malos caminos>….. Cuando el Señor dice “CONVERTIRSE” se refiere a Arrepentirse, mostrar con hechos y no solamente con palabras que realmente hemos cambiado, que no somos simplemente oidores sino hacedores de la Palabra de Dios; que hemos dado un vuelco de 180 grados y que le hemos confesado TODOS NUESTROS PECADOS. El Libro de Proverbios 28:13 dice: El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

Si hacemos todo lo anterior con fidelidad, con sinceridad, [acuérdate que DIOS NO PUEDE SER BURLADO] el texto de 2 cronicas 7:14 es completado por las Palabras de Yeshua que dicen: “entonces yo <oiré> desde los cielos, y <perdonaré sus pecados>, y SANARE SU TIERRA”. Es la única manera de que el Señor nos empiece a poner atención a nuestras oraciones, a nuestros ruegos, a nuestras peticiones, a nuestro clamor, a nuestras necesidades y nos perdona nuestros pecados; nuestras maldades y ofensas.

Asi es que entonces comenzaremos a ver la sanidad sobre nuestra tierra, sobre nuestro pueblo, sobre nuestros hijos, sobre nuestra sociedad, sobre nuestra Iglesia. Sanará nuestra tierra, cesará la violencia, los secuestros, el pandillerismo, el terrorismo, el abuso en contra de las mujeres y los menores.

¿Acaso es difícil humillarse ante la poderosa mano del Señor? Bienaventurado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece su corazón caerá en el mal. Proverbios 28:14.-

¡LA PAZ DE CRISTO!
 

By Juan F. Roa

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