Un hermano que le gustaba observar las estrellas y los planetas, se había comprado un potente telescopio para tal fin y siempre en los fines de semana se iba a una montaña cercana, para desde allí observar las maravillas de la Vía Láctea.
Un día que se dispuso a ir a las montañas acompañado de su telescopio, les dijo a sus hijos: -No corten las manzanas del árbol porque todavía están verdes, dejemos que se maduren primero.- Los muchachos le dijeron: -Si papá, no te preocupes por eso, que no lo haremos.-
Se fue el hombre y llegó hasta la montaña, instaló allí su telescopio y empezó a observar el espacio, pero de pronto se le ocurrió enfocar el telescopio hacia su casa y comenzó a ver que sus hijos brincaban el cerco del patio, se subían al árbol de manzanas, las estaban cortando y comiéndoselas verdes. El hombre entonces dijo para sí: -Que tontos y desobedientes que son mis hijos, creyendo que nadie los está viendo.
De la misma manera, nosotros a veces cometemos alguna falta creyendo que nadie nos está viendo y olvidamos que Dios no puede ser burlado. La Palabra dice que ante El estamos desnudos, al descubierto, no tenemos excusas. Estamos siendo observados las 24 horas del día. El rey David dice en el Salmo 139: 7-12:
¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz. NO PODEMOS ESCONDERNOS DE SU PRESENCIA.
¡La Paz de Cristo!
Un día que se dispuso a ir a las montañas acompañado de su telescopio, les dijo a sus hijos: -No corten las manzanas del árbol porque todavía están verdes, dejemos que se maduren primero.- Los muchachos le dijeron: -Si papá, no te preocupes por eso, que no lo haremos.-
Se fue el hombre y llegó hasta la montaña, instaló allí su telescopio y empezó a observar el espacio, pero de pronto se le ocurrió enfocar el telescopio hacia su casa y comenzó a ver que sus hijos brincaban el cerco del patio, se subían al árbol de manzanas, las estaban cortando y comiéndoselas verdes. El hombre entonces dijo para sí: -Que tontos y desobedientes que son mis hijos, creyendo que nadie los está viendo.
De la misma manera, nosotros a veces cometemos alguna falta creyendo que nadie nos está viendo y olvidamos que Dios no puede ser burlado. La Palabra dice que ante El estamos desnudos, al descubierto, no tenemos excusas. Estamos siendo observados las 24 horas del día. El rey David dice en el Salmo 139: 7-12:
¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz. NO PODEMOS ESCONDERNOS DE SU PRESENCIA.
¡La Paz de Cristo!
By Juan F. Roa
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