En el libro de Lamentaciones 3:21-22, el profeta Jeremías hace una
declaración que debiéramos de apropiarnos de ella, sobre todo, cuando
estamos en angustias y tribulaciones: “No obstante, aún me atrevo a
tener <esperanza>; cuando recuerdo lo siguiente: ¡El fiel amor del
SEÑOR nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan.”
La <esperanza>, la motivación más fuerte que tenemos los que estamos aguardando la venida gloriosa de nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo. Con ella despertamos cada mañana y con ella nos acostamos por las noches; con ella contamos los días, las semanas, los meses y los años y con ella descendemos a nuestra morada temporal, esperando la resurrección gloriosa de nuestros cuerpos para reunirnos con nuestro Rey para siempre.
La <esperanza> nos hace ver la vida de otra manera aunque algunas veces nos enfrentamos a la realidad, a aquellas cosas que son inevitables, a sentirnos decepcionados cuando no se produjo el milagro que esperábamos o por muchas cosas que afectan a nuestras vidas, que hacen que nuestra fe sucumbe ante lo inesperado, ante la realidad.
Es obvio que sufrimos, lloramos desesperanzados, pues son cosas que quedan bien grabadas en nuestro ser. Hasta llegamos a pensar que nuestras vidas ya no tienen sentido, ya no tienen futuro, ya no hay esperanzas.
Pero., dice un refrán que <la "esperanza" es la ultima que se pierde>, sobre todo al que tiene su Fe puesta en un Dios misericordioso, que es capaz de reconstruir los daños que deja una batalla perdida, aunque la guerra aun este allí,
Isaías 40:31 dice: "los que <esperan> a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán".
Nuestras <esperanzas> están puestas en la venida de nuestro Señor Jesucristo, el cual enjugará toda lágrima, ya no habrá más dolor, enfermedades ni muerte, no habrá más hambre, miserias ni pobrezas, porque mi Dios suplirá TODO lo que nos haga falta por toda la eternidad. ¡Gloria a su Nombre Aleluya!
!GRACIA Y PAZ! !Berajot!
By Juan F. Roa
La <esperanza>, la motivación más fuerte que tenemos los que estamos aguardando la venida gloriosa de nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo. Con ella despertamos cada mañana y con ella nos acostamos por las noches; con ella contamos los días, las semanas, los meses y los años y con ella descendemos a nuestra morada temporal, esperando la resurrección gloriosa de nuestros cuerpos para reunirnos con nuestro Rey para siempre.
La <esperanza> nos hace ver la vida de otra manera aunque algunas veces nos enfrentamos a la realidad, a aquellas cosas que son inevitables, a sentirnos decepcionados cuando no se produjo el milagro que esperábamos o por muchas cosas que afectan a nuestras vidas, que hacen que nuestra fe sucumbe ante lo inesperado, ante la realidad.
Es obvio que sufrimos, lloramos desesperanzados, pues son cosas que quedan bien grabadas en nuestro ser. Hasta llegamos a pensar que nuestras vidas ya no tienen sentido, ya no tienen futuro, ya no hay esperanzas.
Pero., dice un refrán que <la "esperanza" es la ultima que se pierde>, sobre todo al que tiene su Fe puesta en un Dios misericordioso, que es capaz de reconstruir los daños que deja una batalla perdida, aunque la guerra aun este allí,
Isaías 40:31 dice: "los que <esperan> a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán".
Nuestras <esperanzas> están puestas en la venida de nuestro Señor Jesucristo, el cual enjugará toda lágrima, ya no habrá más dolor, enfermedades ni muerte, no habrá más hambre, miserias ni pobrezas, porque mi Dios suplirá TODO lo que nos haga falta por toda la eternidad. ¡Gloria a su Nombre Aleluya!
!GRACIA Y PAZ! !Berajot!
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