30 jun 2012

NO HAY NADA ENCUBIERTO QUE NO LLEGUE A REVELARSE

Muchos de nosotros nos hemos deleitado, en más de una ocasión, viendo películas de misterios en las cuales el principal tema es ‘EL CRIMEN PERFECTO”. En la vida real las personas creen que existe el “crimen perfecto”, y hay cierta razón para creer o pensar que eso es cierto, pues a través de la historia se ha podido comprobar que muchos crímenes se quedaron fuera del alcance de la justicia humana; pero, contrario a lo que muchos creen, “el crimen perfecto” no existe.-

Hubo un hombre que por un tiempo pensó y creyó que había cometido “el crimen perfecto”, pero muy pronto se dio cuenta que la realidad era otra, pues había sido descubierto y tuvo que afrontar las consecuencias. Ese hombre es conocido en las Sagradas Escrituras como EL REY DAVID.-

La historia de este crimen perpetuado por el Rey David comenzó un día de “ocio” mientras se paseaba por la terraza del palacio real, y desde allí vio a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Los impulsos lasciviosos de su carne hicieron que deseara a la mujer de su prójimo y envió por ella y la llevó hasta su lecho y durmió con ella, mientras el marido estaba en el campo de guerra. El resultado de esa noche de pasión fue que Betsabé salió preñada.-

Cuando el Rey David se dio cuenta de las consecuencias de sus pensamientos y actos lasciviosos, lo primero que se le ocurrió fue traer, del campo de batalla, a Urías, el marido de Betsabé, para que durmiera con ella y adjudicarle la paternidad del hijo que vendría, producto del adulterio.

Después que recibió a Urías en el palacio real, lo envió a su casa, pensando que lógicamente Urías aprovecharía su estancia para deleitarse con su mujer, pero “el tiro le salió por la culata”, pues “Urías durmió a la puerta de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió a su casa”.

Volvió entonces David a intentarlo e hizo venir al palacio real a Urías y lo emborrachó, pero ese día tampoco quiso llegar a su casa y acostarse con su mujer, pues nuevamente se quedó durmiendo con los siervos del palacio real. Fue entonces que David decidió MATARLO, escribió una carta a Joab (el jefe que comandaba al ejército que estaba en el campo de batalla), y se la envió con el mismo Urías; o sea que Urías era el portador de aquella carta en la que estaba escrita su propia sentencia de muerte.

Las órdenes de David fueron cumplidas por Joab, al pie de la letra. Probablemente David dijo: <¡Ya la hice! me quité el problema de encima! Solamente tres personas sabemos lo que ocurrió, Betsabé, Joab y yo, nadie hablará de esto>.- Pero pensar de esa manera fue para David un error garrafal, pues se había olvidado de que Dios todo lo sabe y todo lo observa y lo que David hizo fue desagradable ante los ojos de nuestro Dios Todopoderoso. (2da Samuel 11:27).-

Ya no eran tres los que sabían el supuesto secreto del “crimen perfecto” ahora se sumaba Dios y además el profeta Natán, quien enfrentó a David.- No había escape, la Biblia dice que en boca de dos o tres testigos conste todo asunto y en este asunto estaban como testigos el profeta Natán y Dios contra David, Betsabé y Joab. (Lea la historia completa en el Capítulo 11 de 2da de Samuel).-

Puede que hagamos lo malo y planifiquemos el crimen perfecto, pero ante Dios no hay escape. El sabe siempre lo que estamos haciendo y aunque él se tome su tiempo, nunca olvida un asunto y tarde o temprano nos descubrirá, “porque, <no hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse>. (Lucas 12:2).- “Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala”. (Eclesiastés 12:14).-

¡SHALOM BERAJOT!

 By Juan F. Roa

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