Proverbios 24:16 dice que “siete veces cae el justo, y vuelve a
levantarse". Esto no se refiere siempre o específicamente a “caer en
pecado” como algunos lo interpretan, más bien se refiere al sin números
de tropiezos y fracasos a los que estamos expuestos todos los seres
humanos, en esta vida.
El número siete mencionado es solamente una manera simbólica para que se pueda entender, como una cantidad indeterminada, que en la vida son muchas e inminentes las caídas, para que podamos aprender de ellas y podamos corregir nuestros mismos errores. Así que somos susceptibles a caer o fallar ante algunos problemas, una meta o un propósito que nos hemos fijado.
Lógicamente nadie quiere ser derrotado, se puede perder una o varias batallas pero no la guerra. ¿Habrá alguien en el mundo que le gustaría estar siempre derrotado? ¿A cuántos les gustaría salir victoriosos en todas las cosas que se proponen? ¿Podemos realizar un proyecto o caminar por la vida sin el temor de fracasar o caer?
Desde la caída de Adán en el huerto del Edén, nos volvimos seres imperfectos, razón por la cual tarde o temprano caemos en el juego de otras personas sagaces y ante la tentación, sin embargo, nuestro verdadero problema no está en contar las veces que caemos sino en las reacciones negativas que la mayoría de veces tomamos mientras estamos caídos.
El mismo Proverbio nos dice que “siete veces” cae EL JUSTO” pero… ¿Qué pasa con él? La respuesta es que VUELVE A LEVANTARSE. El Apóstol Pablo dice en Romanos 8:37 que “en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel (Jesús) que nos amó” La diferencia entre una persona VENCEDORA y una FRACASADA, la determina su capacidad de levantarse cuando ha caído.
Ahora bien, si el asunto se interpreta como “caer en pecado” la Biblia dice que “abogado tenemos, a Jesucristo el justo”. (1 Juan 2:1). Recordemos que Jesús enseñó que se debía perdonar setenta veces siete, dando a entender, <lo que sea necesario>. Si Jesucristo manda a que perdonemos “setenta veces siete” las ofensas de otros, ¿cuántas veces nos perdonará entonces nuestro Señor a pesar de nuestras caídas?
Una persona justa tiene el apoyo de Dios para poder levantarse, cualquiera que sea su caída. Esto marca la diferencia y la vida de un justo victorioso, que no se queda en el suelo, y esto espera Dios de nosotros. En cambio al impío ¿Quién lo levantará?
El número siete mencionado es solamente una manera simbólica para que se pueda entender, como una cantidad indeterminada, que en la vida son muchas e inminentes las caídas, para que podamos aprender de ellas y podamos corregir nuestros mismos errores. Así que somos susceptibles a caer o fallar ante algunos problemas, una meta o un propósito que nos hemos fijado.
Lógicamente nadie quiere ser derrotado, se puede perder una o varias batallas pero no la guerra. ¿Habrá alguien en el mundo que le gustaría estar siempre derrotado? ¿A cuántos les gustaría salir victoriosos en todas las cosas que se proponen? ¿Podemos realizar un proyecto o caminar por la vida sin el temor de fracasar o caer?
Desde la caída de Adán en el huerto del Edén, nos volvimos seres imperfectos, razón por la cual tarde o temprano caemos en el juego de otras personas sagaces y ante la tentación, sin embargo, nuestro verdadero problema no está en contar las veces que caemos sino en las reacciones negativas que la mayoría de veces tomamos mientras estamos caídos.
El mismo Proverbio nos dice que “siete veces” cae EL JUSTO” pero… ¿Qué pasa con él? La respuesta es que VUELVE A LEVANTARSE. El Apóstol Pablo dice en Romanos 8:37 que “en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel (Jesús) que nos amó” La diferencia entre una persona VENCEDORA y una FRACASADA, la determina su capacidad de levantarse cuando ha caído.
Ahora bien, si el asunto se interpreta como “caer en pecado” la Biblia dice que “abogado tenemos, a Jesucristo el justo”. (1 Juan 2:1). Recordemos que Jesús enseñó que se debía perdonar setenta veces siete, dando a entender, <lo que sea necesario>. Si Jesucristo manda a que perdonemos “setenta veces siete” las ofensas de otros, ¿cuántas veces nos perdonará entonces nuestro Señor a pesar de nuestras caídas?
Una persona justa tiene el apoyo de Dios para poder levantarse, cualquiera que sea su caída. Esto marca la diferencia y la vida de un justo victorioso, que no se queda en el suelo, y esto espera Dios de nosotros. En cambio al impío ¿Quién lo levantará?
By Juan F. Roa
!SHALOM BERAJOT!
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