El temor
es una emoción propia, no solamente del ser humano sino también de los
animales. El temor de vivir solos, a ser abandonados, a ser rechazados,
"al que diran" al fracaso, o al mismo hombre, temor a lo que no
conocemos, al futuro, a las enfermedades y a la muerte, a las
situaciones difíciles de controlar, a pesar de nuestra fe.
El salmista no fue la excepción y escribió: "Angustiado está mi corazón
dentro de mí y sobre mí han caído los terrores de la muerte. Terror y
temblor me invaden, y horror me ha cubierto. Y dije: Quién me diera alas
como la paloma, volaría y hallaría el reposo" (Salmo 55:4-6).
El temor hace a la persona incapaz para enfrentar la vida. Le pone grandes obstáculos para superarse y le produce ansiedad y tensión interna que le genera enfermedades. Una persona con temor no se enfrentará a riesgos para crecer ni cambiar porque lo desconocido le produce inseguridad.
Proverbios 10:24 dice: “Lo que el impío teme, eso le vendrá”; sin embargo encontramos en la historia de Job, aparentemente, una contradicción, pues siendo este un varón justo y perfecto a los ojos de Dios, pasó por una prueba que realmente a nadie le gustaría pasar.
Los eruditos y teólogos atribuyen la tragedia de Job a sus propias palabras cuando dijo: "Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía"(Job 3:25).
Las mismas palabras de Job nos dan a entender que antes de que le sucedieran tantas cosas, él ya las había concebido en su mente mediante el temor que se había posesionado de su ser, y solamente fue asunto de tiempo para que se manifestaran.
Ahora bien, Job no ha sido el único que ha pasado por este tipo de pruebas. ¡Nooo! A través de la historia hemos leído acerca de multitudes de casos iguales o peores a los de Job, es más, hemos sido testigos presenciales, y no solo eso, sino también protagonistas de muchos de ellos.
Por supuesto que todos, en algún momento, nos hemos preguntado: ¿Por qué suceden estas cosas, aun entre nosotros los cristianos? Pues, la respuesta es muy sencilla, todo es producto del temor que nos acosa.
El arma más poderosa contra el temor es el AMOR, o sea Dios mismo, pues él es AMOR. La mayoría de nuestros temores desaparecen cuando crece la confianza en la fidelidad y poder de Dios.
El Apóstol Juan dice que "En el amor no hay temor sino que <el perfecto amor> echa fuera el temor; porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor" (I Juan 4:18). !EL PERFECTO AMOR ES JESUS!.-
¡SHALOM BERAJOT!
El temor hace a la persona incapaz para enfrentar la vida. Le pone grandes obstáculos para superarse y le produce ansiedad y tensión interna que le genera enfermedades. Una persona con temor no se enfrentará a riesgos para crecer ni cambiar porque lo desconocido le produce inseguridad.
Proverbios 10:24 dice: “Lo que el impío teme, eso le vendrá”; sin embargo encontramos en la historia de Job, aparentemente, una contradicción, pues siendo este un varón justo y perfecto a los ojos de Dios, pasó por una prueba que realmente a nadie le gustaría pasar.
Los eruditos y teólogos atribuyen la tragedia de Job a sus propias palabras cuando dijo: "Porque el temor que me espantaba me ha venido, y me ha acontecido lo que yo temía"(Job 3:25).
Las mismas palabras de Job nos dan a entender que antes de que le sucedieran tantas cosas, él ya las había concebido en su mente mediante el temor que se había posesionado de su ser, y solamente fue asunto de tiempo para que se manifestaran.
Ahora bien, Job no ha sido el único que ha pasado por este tipo de pruebas. ¡Nooo! A través de la historia hemos leído acerca de multitudes de casos iguales o peores a los de Job, es más, hemos sido testigos presenciales, y no solo eso, sino también protagonistas de muchos de ellos.
Por supuesto que todos, en algún momento, nos hemos preguntado: ¿Por qué suceden estas cosas, aun entre nosotros los cristianos? Pues, la respuesta es muy sencilla, todo es producto del temor que nos acosa.
El arma más poderosa contra el temor es el AMOR, o sea Dios mismo, pues él es AMOR. La mayoría de nuestros temores desaparecen cuando crece la confianza en la fidelidad y poder de Dios.
El Apóstol Juan dice que "En el amor no hay temor sino que <el perfecto amor> echa fuera el temor; porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor" (I Juan 4:18). !EL PERFECTO AMOR ES JESUS!.-
¡SHALOM BERAJOT!
By Juan F. Roa
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