En Babilonia, en Egipto y en todos ... los países del mundo, la Madona ha dado a luz a un Divino Niño. La leyenda dice que Semiramis, después que su esposo Nimrod murió, ella lo proclamó como “el dios sol”. Al poco tiempo de la muerte de Nimrod, salió embarazada de uno de sus amantes y para justificarlo dijo que había sido el “espíritu de Nimrod” el que la había embarazado.
Al hijo que tuvo le puso por nombre Tamuz, diciendo que era la re-encarnación de Nimrod, por lo tanto ella misma comenzó a llamarle como “el hijo de dios” el dios sol y simplemente “dios”. La gente, siguiéndole la corriente a Semiramis, también comenzaron a llamarlo así, pero para referirse a ella la llamaban LA MADRE DE DIOS. Desde entonces fue nombrada como así.
Con la confusión de lenguas en Babel y al haber sido esparcidos sobre la tierra, algunos fueron a parar al valle del río Nilo, donde establecieron el reino de Egipto, allí instituyeron el culto a la “diosa madre pagana”, a la cual llamaron “Isis” dándole el título de “Madre de Dios”.
Más de tres mil años después de instituirse el culto a Isis en Egipto, los teólogos católicos de Alejandría (Egipto), adoptaron esta creencia pagana sobre Semiramis [Isis], y dieron el título “Madre de Dios” a “María” la madre de la naturaleza humana de Yeshua.
El sistema religioso católico, para justificar su clara e inocultable adoración idolátrica pagana hacia Semiramis, la diosa babilónica, la gran Madona, madre y esposa de Baal, ha sustituido todos sus nombres derivados sobre la tierra, Ishtar, Afrodita, Venus, Ibis, Tara, Kali, etc., por el nombre de María y sus nombres derivados: Guadalupe, Fátima, Mercedes, Dolores, Suyapa, la Caridad del Cobre, etc.
En la foto de este enlace podemos ver la similitud entre un ícono de Isis de Egipto, con su hijo Horus en sus brazos, la misma Semiramis con Tamuz en sus brazos; y a la derecha vemos al ícono de la iglesia católica representando, supuestamente a María, también con un niño en sus brazos. ¿Sera una mera coincidencia?
La fe, la adoración principal y la esperanza de salvación que tienen los católicos en todo el mundo, está depositada en la mujer que cabalga sobre la Bestia Escarlata, SEMIRAMIS, la que ocultan subliminalmente dentro del nombre que se le ha usurpado a María, la Madre de la Naturaleza Humana de nuestro Señor Jesús.
Por supuesto que el llamar diosa madre a María, no tiene ninguna indicación bíblica sino la antigua tradición de la “diosa madre pagana del universo” cuya mitología fue creada y desarrollada en Babilonia.
La “diosa madre María” una reproducción o una imitación de la “diosa madre pagana” del pasado. La visten de ropas “cristianas”, pero ella sigue siendo del linaje de las falsas diosas paganas y absolutamente nada tiene que ver con la autentica “Miriam”, la María bíblica que siendo virgen concibió a su Hijo Yeshua Ha Mashiaj, [Jesús el Mesías], engendrado por el Ruáj Ha Kodesh, [el Espíritu Santo].
Una mujer justa, santa, [apartada], llena de gracia, escogida de entre millones para llevar al Salvador del mundo en su vientre por nueve meses. Ella realmente, nada tiene que ver con el demonio que la ha suplantado en la religión-misterio. Por lo tanto, de ninguna manera ni en ningún momento, mi intención será degradar o ultrajar su nombre, ni su memoria.
Continúa……
¡LA PAZ DE CRISTO!
Tomado del Libro:
LA CUARTA BESTIA
Autor: Juan F. Roa
Al hijo que tuvo le puso por nombre Tamuz, diciendo que era la re-encarnación de Nimrod, por lo tanto ella misma comenzó a llamarle como “el hijo de dios” el dios sol y simplemente “dios”. La gente, siguiéndole la corriente a Semiramis, también comenzaron a llamarlo así, pero para referirse a ella la llamaban LA MADRE DE DIOS. Desde entonces fue nombrada como así.
Con la confusión de lenguas en Babel y al haber sido esparcidos sobre la tierra, algunos fueron a parar al valle del río Nilo, donde establecieron el reino de Egipto, allí instituyeron el culto a la “diosa madre pagana”, a la cual llamaron “Isis” dándole el título de “Madre de Dios”.
Más de tres mil años después de instituirse el culto a Isis en Egipto, los teólogos católicos de Alejandría (Egipto), adoptaron esta creencia pagana sobre Semiramis [Isis], y dieron el título “Madre de Dios” a “María” la madre de la naturaleza humana de Yeshua.
El sistema religioso católico, para justificar su clara e inocultable adoración idolátrica pagana hacia Semiramis, la diosa babilónica, la gran Madona, madre y esposa de Baal, ha sustituido todos sus nombres derivados sobre la tierra, Ishtar, Afrodita, Venus, Ibis, Tara, Kali, etc., por el nombre de María y sus nombres derivados: Guadalupe, Fátima, Mercedes, Dolores, Suyapa, la Caridad del Cobre, etc.
En la foto de este enlace podemos ver la similitud entre un ícono de Isis de Egipto, con su hijo Horus en sus brazos, la misma Semiramis con Tamuz en sus brazos; y a la derecha vemos al ícono de la iglesia católica representando, supuestamente a María, también con un niño en sus brazos. ¿Sera una mera coincidencia?
La fe, la adoración principal y la esperanza de salvación que tienen los católicos en todo el mundo, está depositada en la mujer que cabalga sobre la Bestia Escarlata, SEMIRAMIS, la que ocultan subliminalmente dentro del nombre que se le ha usurpado a María, la Madre de la Naturaleza Humana de nuestro Señor Jesús.
Por supuesto que el llamar diosa madre a María, no tiene ninguna indicación bíblica sino la antigua tradición de la “diosa madre pagana del universo” cuya mitología fue creada y desarrollada en Babilonia.
La “diosa madre María” una reproducción o una imitación de la “diosa madre pagana” del pasado. La visten de ropas “cristianas”, pero ella sigue siendo del linaje de las falsas diosas paganas y absolutamente nada tiene que ver con la autentica “Miriam”, la María bíblica que siendo virgen concibió a su Hijo Yeshua Ha Mashiaj, [Jesús el Mesías], engendrado por el Ruáj Ha Kodesh, [el Espíritu Santo].
Una mujer justa, santa, [apartada], llena de gracia, escogida de entre millones para llevar al Salvador del mundo en su vientre por nueve meses. Ella realmente, nada tiene que ver con el demonio que la ha suplantado en la religión-misterio. Por lo tanto, de ninguna manera ni en ningún momento, mi intención será degradar o ultrajar su nombre, ni su memoria.
Continúa……
¡LA PAZ DE CRISTO!
Tomado del Libro:
LA CUARTA BESTIA
Autor: Juan F. Roa
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