SOMOS TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO
...En LA PRIMERA parte de nuestro estudio pudimos ver la primera de las dos razones que el Señor Jesucristo tuvo para profetizar la destrucción del Templo, lo cual ocurrió en el 70 EC.
Nuevamente nos internaremos dentro de las Escrituras para analizar la SEGUNDA parte o La Segunda razón que motivó al Señor Jesús para profetizar la destrucción del Templo.
Empecemos con las palabras dichas por el primer mártir del cristianismo, nuestro hermano Esteban, que antes de ser lapidado dijo: “El Altísimo NO HABITA en templos hechos de mano”. [Hechos 7:48].
El Apóstol Pablo, que presenció la lapidación de Esteban, también dijo: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, COMO QUE NECESITASE DE ALGO; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. [Hechos 17:24-25].
Entonces, si el Señor Dios Todopoderoso <no habita en templos hechos por manos humanas> ni es honrado por manos de hombres, ¿EN DONDE HABITA?
La Biblia dice que en el A. Pacto la habitación terrenal del Altísimo era el Templo, conocido también como el Tabernáculo y específicamente el Salmo 22:3 dice que él habita en medio de las alabanzas de Israel. Ya en el Nuevo Pacto, Pablo nos dice que <ahora> NOSOTROS SOMOS EL TEMPLO O MORADA DEL DIOS ALTISIMO, la SEGUNDA RAZON por la cual fue destruido el templo en Jerusalén. ¿Qué evidencias tenemos para creer en esto?
EL primer paso que el Dios Altísimo tomó para que fuésemos receptáculos de su presencia, fue hacernos morir en las aguas de la muerte, perdonando todos nuestros pecados [Hechos 2:38]; nos hizo nuevas criaturas, adoptándonos como sus hijos por haber creído en el nombre de Jesús, [Juan 1:12], preparando nuestros cuerpos para que more en nosotros su SANTO ESPIRITU [Dios es Espíritu Juan 4:24].
Pablo dice, en Efesios 2:19, “ya no somos extranjeros ni advenedizos, [advenedizo significa: “ser rechazado por no pertenecer a una clase social determinada, en este caso la familia de Dios], sino conciudadanos de los santos, y <miembros de la familia de Dios>. También nos dice en 1 Corintios 3:16, [a pesar que lo dice en forma interrogante, nos afirma] que somos TEMPLO DE DIOS [Juan 4:24], y que <EL ESPIRITU DE DIOS MORA EN NOSOTROS.
Así que estamos edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo PARA SER UN TEMPLO SANTO EN EL SENOR; en quien vosotros también sois juntamente edificados PARA MORADA DE DIOS EN EL ESPIRITU. Efesios 2:20-22.
Porque, desde el momento en que nuestro cuerpo está preparado como TEMPLO, para que el Espíritu de Dios more en nosotros, “el Padre Eterno envía a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡ABBA PADRE!” Gálatas 4:6.
Y agrega: “Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, SANTO ES”. [Corintios 3:17]. Santo significa “apartado” de todas las cosas que contaminan al hombre y ofenden a Dios.
Siendo, pues, TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO, debemos de andar como el anduvo, porque el Todopoderoso nos dice que “seamos “santos” porque él es SANTO. 1 Pedro 1:16.
Somos pues, MORADA del espíritu Santo; somos Un templo no hecho de mano, sino construido por la Sangre preciosa de nuestro amado Señor Jesús, para ser guardados en santidad, “sin la cual nadie vera al Señor”. Hebreos 12:14. Esta es la Segunda razón por la cual el TEMPLO, hecho por manos humanas, fue destruido.
¡LA PAZ DE CRISTO!
...En LA PRIMERA parte de nuestro estudio pudimos ver la primera de las dos razones que el Señor Jesucristo tuvo para profetizar la destrucción del Templo, lo cual ocurrió en el 70 EC.
Nuevamente nos internaremos dentro de las Escrituras para analizar la SEGUNDA parte o La Segunda razón que motivó al Señor Jesús para profetizar la destrucción del Templo.
Empecemos con las palabras dichas por el primer mártir del cristianismo, nuestro hermano Esteban, que antes de ser lapidado dijo: “El Altísimo NO HABITA en templos hechos de mano”. [Hechos 7:48].
El Apóstol Pablo, que presenció la lapidación de Esteban, también dijo: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, COMO QUE NECESITASE DE ALGO; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. [Hechos 17:24-25].
Entonces, si el Señor Dios Todopoderoso <no habita en templos hechos por manos humanas> ni es honrado por manos de hombres, ¿EN DONDE HABITA?
La Biblia dice que en el A. Pacto la habitación terrenal del Altísimo era el Templo, conocido también como el Tabernáculo y específicamente el Salmo 22:3 dice que él habita en medio de las alabanzas de Israel. Ya en el Nuevo Pacto, Pablo nos dice que <ahora> NOSOTROS SOMOS EL TEMPLO O MORADA DEL DIOS ALTISIMO, la SEGUNDA RAZON por la cual fue destruido el templo en Jerusalén. ¿Qué evidencias tenemos para creer en esto?
EL primer paso que el Dios Altísimo tomó para que fuésemos receptáculos de su presencia, fue hacernos morir en las aguas de la muerte, perdonando todos nuestros pecados [Hechos 2:38]; nos hizo nuevas criaturas, adoptándonos como sus hijos por haber creído en el nombre de Jesús, [Juan 1:12], preparando nuestros cuerpos para que more en nosotros su SANTO ESPIRITU [Dios es Espíritu Juan 4:24].
Pablo dice, en Efesios 2:19, “ya no somos extranjeros ni advenedizos, [advenedizo significa: “ser rechazado por no pertenecer a una clase social determinada, en este caso la familia de Dios], sino conciudadanos de los santos, y <miembros de la familia de Dios>. También nos dice en 1 Corintios 3:16, [a pesar que lo dice en forma interrogante, nos afirma] que somos TEMPLO DE DIOS [Juan 4:24], y que <EL ESPIRITU DE DIOS MORA EN NOSOTROS.
Así que estamos edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo PARA SER UN TEMPLO SANTO EN EL SENOR; en quien vosotros también sois juntamente edificados PARA MORADA DE DIOS EN EL ESPIRITU. Efesios 2:20-22.
Porque, desde el momento en que nuestro cuerpo está preparado como TEMPLO, para que el Espíritu de Dios more en nosotros, “el Padre Eterno envía a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡ABBA PADRE!” Gálatas 4:6.
Y agrega: “Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, SANTO ES”. [Corintios 3:17]. Santo significa “apartado” de todas las cosas que contaminan al hombre y ofenden a Dios.
Siendo, pues, TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO, debemos de andar como el anduvo, porque el Todopoderoso nos dice que “seamos “santos” porque él es SANTO. 1 Pedro 1:16.
Somos pues, MORADA del espíritu Santo; somos Un templo no hecho de mano, sino construido por la Sangre preciosa de nuestro amado Señor Jesús, para ser guardados en santidad, “sin la cual nadie vera al Señor”. Hebreos 12:14. Esta es la Segunda razón por la cual el TEMPLO, hecho por manos humanas, fue destruido.
¡LA PAZ DE CRISTO!
By Juan F. Roa
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