16 ago 2011

EXAMINAME OH DIOS Y CONOCE MI CORAZON!


 En cierta ocasión iba manejanado mi pick up, o camioneta, por el Express way de Miami , y de repente un policía me puso “las luces rojas de su radio patrulla, al detenerme a un lado de la carretera le pregunté qué era lo que había hecho y me dijo –ya se lo diré, mientras tanto muéstreme sus documentos; entonces procedí a entregarle mi licencia de conducir, la registración del vehículo y la prueba del seguro.

El policía se introdujo dentro de su carro a revisar mi "record personal" por medio de su computadora, mientras yo esperaba de pie junto a mi vehículo, dándole vueltas a mi cabeza, preguntándome cual pudiera haber sido mi infracción. Estaba consciente de que no conducía a alta velocidad, no había hecho ninguna mala maniobra, y estaba casi seguro que las luces de pedir vía y de parada estaban bien.

Por más de veinte minutos estuve angustiado por la incertidumbre, hasta que finalmente el policía vino hacia mí y me dijo, sosteniendo en sus manos aun mis documentos: -Escucha, de tu camioneta salió volando un pedazo de papel y la Ley dice que por tirar basura en las carreteras o calles de la Florida hay una multa de $500.00 dólares.

Cuando me dijo eso casi me voy de espaldas, fui y revisé la “tina” de mi camioneta y efectivamente, allí estaban los restos de un periódico local, los cuales agarré y los metí dentro de la cabina y le dije: Señor Oficial, no me di cuenta, ni siquiera sabía que traía papel de periódico en la parte de atrás de mi camioneta. El Oficial de Policía me creyó y me perdonó la infracción.

Algo parecido nos sucede en el campo de la vida espiritual; si pecamos debemos de percatarnos inmediatamente de ello; porque el pecado a veces es tan sutil que nuestros corazones no lo perciben ni reconocen la culpabilidad que se anida en ellos; puede que no estemos conscientes de nuestra situación espiritual y creamos que no necesitamos ni arrepentirnos o pedir perdón.

Por eso es que debemos de examinarnos constantemente ante el Señor, pidiendo que ilumine nuestros corazones, para descubrir cualquier pecado del cual no tengamos consciencia y nos limpie de toda injusticia. El rey David en una de sus oraciones más profundas y conmovedoras clama al Señor diciendo: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí, camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno”. Salmo 139:23-24.

El rey Salomón dice que ”no hay hombre que no peque”, [2 Crónicas 6:36], y el Apóstol Juan dice que “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él , mentiroso, y su palabra no está en nosotros”. 1 Juan 1:10.- “

….y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.

El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. 1 Juan 2:1-6;

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. Romanos 6:23.- Así que, examinémonos todos los días delante de nuestros Dios, para saber si hay caminos de perversidad y de injusticia en nuestras vidas y para que el nos guíe por el Camino Eterno.- ¡Amén!

¡LA PAZ DE CRISTO!
 
By Juan F. Roa

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