16 ago 2011

PELEA LA BUENA BATALLA DE LA FE


 Una persona que se prepara para ser soldado, competir en los deportes o para disputar un título, a menudo entrena muchas horas diarias, por meses y hasta por años, siguiendo un régimen alimenticio riguroso, absteniéndose de muchas cosas, acostándose temprano y levantándose de madrugada; siguiendo las instrucciones de su entrenador, etc.

Paradójicamente, a veces un soldado pierde la vida apenas comenzando el combate, y también a veces, las competencias deportivas terminan en un abrir y cerrar de ojos, tal es el caso de las peleas de boxeo, cuando las personas aun no se han terminado de acomodar en sus asiento, y la pelea súbitamente terminó con un golpe sorpresivo de uno de los boxeadores, poniendo fuera de combate a su adversario.

Después de una pelea de boxeo, un partido de futbol, de beisbol, tenis, lucha libre, ciclismo, natación, en fin, todos los deportes juegos olímpicos en general, los ganadores y perdedores vuelven a la misma rutina, al entrenamiento obligatorio para estar TODO EL TIEMPO EN FORMA, con la misma esperanza de llegar a ser un triunfador.

Muchos hermanos ignoran que la vida espiritual demanda estos mismos procedimientos de disciplina y abstenciones. Pablo le dice a Timoteo, [que por el contexto deducimos que hacía mucho ejercicio físico para lucir un musculoso y esbelto cuerpo], ….que se “ejercite para la piedad”; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera. 1 Timoteo 4:7-8.-

Más adelante, Pablo le vuelve a decir: “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”. 1 Timoteo 6:12.- Pero…., ¿cómo un creyente puede pelear la buena batalla si no se entrena, si no guarda la disciplina que requiere todo buen soldado, si no está preparado para la guerra espiritual?

El Apóstol Pablo no le hablaba a Timoteo, solamente por hablar, nunca dijo algo, ni aconsejó nada que él no lo hubiera experimentado consigo mismo, o fuese incapaz de hacer. El entrenamiento que Pablo tenía por medio de la Oración, ayunos forzados y las penurias vividas al ser perseguido, apedreado, azotado, encarcelado, dejado por muerto, náufrago, mordido por una serpiente venenosa, etc.…., todo estas cosas lo capacitaron para hacer milagros, profetizar, resucitar muertos, sanar a los enfermos, expulsar demonios, y sobre todo, predicar la Palabra de Dios con Poder y Gloria.-

Nuestro mayor anhelo debe de ser, como Iglesia que somos, “los dones y los frutos” del Espíritu Santo, y sabemos, por las experiencias vividas y que tambien hemos sido testigos, que solo se obtienen ejercitando nuestra alma, nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Puesto que somos seres tripartitas, nuestro ALMA que es nuestro VERDADERO YO, dentro de un CUERPO, que a su vez es el templo del Espíritu Santo, siempre debe de estar en comunicación con nuestro Señor Dios Todopoderoso, a través de nuestro ESPIRITU.-

Debemos de sacrificarnos, ofreciendo siempre a Dios, <sacrificios de alabanzas" fruto de labios QUE CONFIESAN SU NOMBRE, [Hebreos 13:15]; Orando EN TODO TIEMPO. Recuerda que EL PODER DEL CRISTIANO ESTA EN LA ORACION.- Cuando ejercitamos estas dos cosas, el enemigo huye de nosotros y estamos preparados, bien entrenados para el campo de batalla y para todo lo que venga, incluyendo EL ARREBATAMIENTO.-

Esa es “la clave del éxito espiritual” y al final podremos también decir junto con Pablo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. 1 Timoteo 4:7-8.-

¡LA PAZ DE CRISTO!
 

By Juan F. Roa

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